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TU RINCÓN MÁGICO

El hogar es ese rinconcito de mundo que tenemos para desconectar de la rutina y estar con quienes más queremos. Por este motivo es tan importante que sea un lugar bonito y acogedor, un lugar especial.

Puedes crear un rincón para descansar. Un lugar en tu casa donde solo con verlo quieres coger una manta y unos cojines y acurrucarte en él, donde puedes olvidar de los problemas del día a día. En este rincón podrás desconectar tu mente y sentirte renovado.

Es necesario tener un lugar para relajarse, conversar con uno mismo, meditar o inspirarse con un buen libro. Este rincón mágico hará despertar tu creatividad, será el lugar donde puedas ser una persona libre y logres crear lo que te propongas.

Puedes crear infinitos rincones para compartir momentos mágicos: un rincón de juego, un rincón de lectura, un rincón de reuniones con la familia y amigos.

Convierte este lugar de tu casa en un lugar íntimo y tranquilo puedes poner velas aromáticas, incienso o aromatizar el ambiente con aceites esenciales. Escoge una iluminación tenue y acogedora. Busca y coloca objetos que te gusten y te inspiren sensaciones bonitas o recuerdos agradables ayudándote a crear un ambiente acogedor para renovarte y animar tu día.

 Crea un rincón especial para ti. Tu refugio, donde puedas expresar y dar forma con objetos toda la magia y creatividad que late en tu interior. Verás que este rincón se convertirá en un lugar lleno armonía y luz donde poder desconectar para renovarte y cargarte de buenas energías.

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SER AMABLE, SER AGRADECIDO

La amabilidad y gratitud son expresiones del alma, es nuestra esencia natural, nos une unos con otros y con nosotros mismos. La amabilidad nos enriquece y nos hace crecer.

Expresar amabilidad y gratitud a otra persona, es como hablar de alma a alma. Una sonrisa, una caricia con palabras, puede llenar de belleza tanto sus propias vidas como las nuestras.

Como dijo el poeta libanés Khalil Gibran “La ternura y la amabilidad no son signos de debilidad o desesperación, sino que son manifestaciones de fuerza y decisión “.

Cultivar estas virtudes debe comenzar con nosotros mismos. Empecemos siendo amables con nosotros. No podemos respetar a los demás si antes no nos respetamos a nosotros mismos.

La amabilidad y gratitud consisten en dar más y esperar menos, a no tomarnos nada personalmente. Nos ayuda a liberar nuestro corazón de la rabia, culpa, resentimiento y relativizar las preocupaciones. Agradecer significa valorar lo que tenemos, compartir y disfrutar lo que la vida nos ofrece. Nos enseña a vivir de forma más presente y sencilla.

Ser amable y agradecido no es fácil, al contrario, pero si ponemos una mirada amorosa veremos cómo nuestras vidas se convierten en una fuente de satisfacción y de buenas energías que se refleja en nosotros y en los demás haciendo que nuestras vidas sean más fáciles y alegres.

Regalar sonrisas, dar las gracias, ser generosos con buenas palabras desinteresadas, es un precioso bálsamo que ilumina el corazón.