Todas las personas tenemos una parte creativa dentro de nosotros. De pequeños la creatividad está despierta, viva, llena de movimiento, pero con los años si no la practicamos y desarrollamos va apagándose.
La creatividad es un proceso que está en nosotros, simplemente debemos dejar que nazca, crezca y florezca a su ritmo, sin miedos, de forma espontánea y natural. Una manera de volver a conectar con nuestra creatividad innata es probar cosas nuevas. Habitualmente estamos acostumbrados a realizar trabajos rutinarios que nos hacen estar en nuestra zona de confort. Pero si probamos de hacer alguna cosa diferente, aunque inicialmente pueda parecer que no sabemos cómo hacerlo o nos sentimos desorientados, veremos cómo poco a poco se abren nuevos caminos y oportunidades que hoy nos parecen inimaginables.
Si durante el proceso de conexión con nuestra creatividad, no sentimos bloqueados, inmóviles, simplemente no sabemos hacia donde ir, tenemos que parar, respirar para dejar espacio en nuestro interior y volver a ordenarnos internamente. También nos puede ayudar salir a pasear, descansar desconectar para volver a reconectar con nuestra fuente creativa.
Despertar la creatividad requiere volver a confiar en nosotros, en nuestro potencial, en nuestras posibilidades y atrevernos a probar aquello por lo que sentimos curiosidad, interés y empezar a dar forma a nuestros sueños. Da igual que en su momento nos dijeran: “no sabes pintar”, “no sirves para esto”. Volvamos a re aprender, a darnos una oportunidad para descubrir que aflora desde nuestro interior, si juicios ni prejuicios simplemente es necesario estar abierto, atreverse y ponerse en marcha con alegría e ilusión. Nunca es tarde, ahora es el momento.