De pequeños la vida era magia, los cuentos de hadas eran una fuente de inspiración, de aprendizaje de posibilidades. Con los años dejamos de creer en ella. Pero el niño que todos llevamos dentro todavía necesita magia. La magia está en todo lo que nos rodea. Simplemente tenemos que observar y ver todos los pequeños milagros que se producen cada día delante nuestro.
Para volver a conectar con la magia de la vida, primero de todo debemos creer en nosotros, en nuestras habilidades y posibilidades, en nuestra belleza. Esto nos hace convertirnos en personas creativas, que se atreven a soñar a crecer y compartir sueños e ilusiones sin miedo al qué dirán. En segundo lugar, debemos empezar actuar por y con amor, compasión, benevolencia no solo hacía nosotros mismos sino también hacía los otros. Una mirada amorosa lo cambia todo.
La magia se encuentra en muchas cosas que nos rodean, cosas sencillas que están día a día en nuestra vida. Un paseo, una puesta de sol, el mar, una canción, la lluvia… ¡La vida está llena de pequeñas cosas bonitas llenas de magia, obsérvalas!